miércoles, 11 de abril de 2012

¡Están locos estos franceses!

Aunque muchos penséis que los antiguos psiquiátricos  tipo ‘Shutter Island’  o ‘Los renglones torcidos de Dios’ no quedan más que películas y libros, os diré que por los menos aquí aún existe uno: ‘Le Vinatier’.

Os pongo en situación:

Día gris, lluvioso y de viento huracanado. Atraviesas las puertas del psiquiátrico y te encuentras con una gran, gran avenida y una iglesia al fondo. De vez en cuando ves cómo gente extraña camina a pasos lentos y meditados por los jardines. A los lados, caserones antiguos viejos y mal cuidados; a veces, grandes edificios del mismo color que el día. Sigues andando y ves…¿gamos? Sí, y cabras africanas. Me pregunto si esto ayudará a una persona delirante a distinguir cuándo son alucinaciones y cuándo es realidad.

En efecto, se trata de un antiguo ‘Asilo para dementes’ fundado en 1876 (os dejo una foto del antes y después para que veáis que la diferencia principal es que una está blanco y negro y la otra en color). La atmósfera no podría ser más inquietante; sin embargo, los sucesos, superan al panorama.



Voilà, aquí es dónde tiene Elena sus siguientes prácticas. Las cosas empiezan a ponerse interesantes desde el primer momento, en el cual, al ser la última en elegir servicio por ser erasmus, le toca lo que nadie quiere: los esquizofrénicos del 8ème arrondissement, es decir, del barrio dónde vivo. Además, tampoco quieren erasmus en este servicio. Tras llamarlos y recalcarles que no hay más estudiantes franceses, parecen aceptar, así que me mandan para allá.

Tras enseñarme un poco la zona, darme una llave con la cual siempre he de cerrar todo  y decirme que no se me ocurra entrar a la ‘habitación de aislamiento’, me dispongo a ver las primeras entrevistas. No comentaré los casos vistos, pues como ninguno tiene desperdicio, me llevaría demasiado tiempo. Diremos que tras un día de normalidad (dentro de lo normal que pueda ser la psicosis), me despido de los médicos y me dispongo a marchar. Hay un hombre en el suelo cerca de la puerta que parece dormido, pues ni se mueve, ni casi respira. Ante esta situación, decido abrir con mi llave la puerta para salir. En ese momento, el hombre sale reptando cual lagartija por el pasillo. Luego se vuelve a petrificar en posición serpentil. Sin saber cómo reaccionar, comienzo a gritar ‘Attention, attention’ con mi acento españolizao. Realmente sentía como cuando abres la puerta y se te escapa el perro. Ante el griterío, acuden todas las enfermeras y médicos a ver qué sucedía. Intentamos llevarlo para dentro otra vez entre varios, pero viendo que no funcionan, llaman a seguridad. Yo opto por irme, que para el primer día es suficiente….

Tras este incidente, hoy descubro que me quieren mandar a un sitio de cuidados donde se dedican a hacer talleres, plantar plantas y dar paseos con los esquizofrénicos, psicóticos y bipolares. Algo que no tiene nada que ver con la actividad medical propiamente dicha.


¿Tanto les molesto?


¿O será todo una broma?

¿Y si realmente allí nunca hubo cabras africanas?